31 agosto 2007

BATTLEFIELD BAND: PURA MÚSICA CELTA DESDE ESCOCIA

LA BANDA DEL "CAMPO DE BATALLA".

He aquí a un grupo escocés de música celta que acarrea ya 30 años de existencia, aunque de sus miembros originales sólo permanezca uno en el grupo. No importa. Los que han ido sustituyendo a los fundadores (hasta 14 músicos más) han mantenido firme el pulso y las esencias de la Battlefield band y, con ello, la música que caracteriza a esta banda celta que pelea a tope todas sus melodías, quizás por eso lo del campo de batalla.
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Guitarra, violín, gaita escocesa y teclados. Con estos cuatro instrumentos la Battlefield hace una música de claras raíces tradicionales escocesas, en la que sin embargo podemos apreciar alguna concomitancia con las tonadas irlandesas, así como ritmos contemporáneos que dejan bien claras las capacidades musicales del grupo. Todo ello puedfe apreciarse muy bien en un disco recopilatorio, "Lo mejor de Battlefield band" que editaron en 2003. En este vídeo, tomado en un concierto celebrado en 2006, los instrumentos parecen dialogar unos con otros, hasta ponerse de acuerdo para llegar al final orquestando una especie de sinfonía céltica. Música sin concesiones. Pura música celta.
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Hay buena información sobre Battlefield band en la Wikipedia inglesa. Luego id a su sitio oficial, en cuya portada se encuentra está frase, tomada de la crítica musical: "Lo que la banda de renombre mundial, The Chieftains, hizo por la música irlandesa, Battlefield Band lo está haciendo por la música de Escocia". Es bien cierto.

29 agosto 2007

EDUARDO DEL RÍO: UN JOVEN ARTISTA

EL GRECO Y LAS CASUALIDADES DE LA VIDA

El Greco: "Vista de Toledo" (1597-1599). Nueva York.

Hace unos días me encontraba delante del cuadro que tenéis aquí al lado, esa impresionante "Vista de Toledo" de El Greco, en la que parece que la furia de la tormenta va a abatirse sobre la ciudad. Explicaba a quienes me acompañaban las características de la obra y su importancia, acrecentada además por la escasez de paisajes que caracteriza a la pintura renacentista española, incluso en época tan tardía como la que corresponde a este cuadro.

Un joven se acerca al oir mis palabras y entabla conversación con nosotros, empleando un perfecto castellano, en el que creo ver algún acento hispano. La charla gira en principio sobre el magnetismo que irradia el cuadro que nos congrega, sobre su infinita belleza, acerca de esa maestría de El Greco en el uso del color, de los volúmenes. Muchas cosas.., en pocos minutos.

El joven se presenta, nosotros también. Se llama Eduardo del Río y es artista, ha nacido en Salamanca, pero reside en Estados Unidos (en California, si no recuerdo mal). Está pensando venir a España e instalarse aquí una larga temporada. Le animo a ello, aunque no creo que le haga falta, porque parece tenerlo bastante claro. Por lo demás, la conversación es amena y fluye con naturalidad entre personas que acaban de conocerse. El joven se va pero me deja antes un tarjetón en el que una especie de pequeño monstruo jocoso anuncia su página web.

Así he conocido la obra de Eduardo del Río, un joven artista que parece recibir influencias (lúdicas y desenfadadas, festivas y animosas) de muchas corrientes: en sus pinturas, en sus dibujos, hay claras referencias del pop, del underground, del comic. Y al mismo tiempo hay un no sé qué de ternura y proximidad, que hace que esos monstruos y seres inventados que pueblan sus láminas, siendo irreales nos parezcan amiguetes de toda la vida; que más que miedo nos evoquen sueños de nuestra infancia e, incluso, aquellas pesadillas de las que no queríamos despertar porque en ellas no se estaba del todo mal.


Eduardo del Río: "Buenas noches, Costa Oeste"

Pero Eduardo no sólo se dedica a pintar monstruos y catawampús (que yo no sé qué son). Ilustra también libros, trabaja en publicidad y trata de hacer, cómo no, otra pintura más seria, aunque la vena mordaz y desenfadada le asoma en un detalle cualquiera, como ocurre con su curioso autorretrato o con esa hermosa vista de la catedral Nueva de Salamanca (donde hoy, por cierto, habrá alguna chica que cumpla 25 años. ¡Felicidades!).

No sé si Eduardo acabará o no viviendo en España, pero estoy seguro de que haga lo que haga, le irá bien y será feliz, porque siendo, como es, un claro exponente de joven artista del tiempo en el que estamos, se dejaba seducir en un museo por la llamada de otro artista que trabajó hace ya más de 400 años. Así es siempre el arte: un lenguaje universal que une a los hombres y consigue sacar de ellos, muchas veces lo mejor que llevan dentro.

Acabad visitando la web de Eduardo, muy bien planteada, y dad una vista a la de su madre, de quien el propio artista manifiesta recibir influencias. Faltaría más.

20 agosto 2007

JEAN-ANTOINE HOUDON

EL RETRATISTA DE LOS ILUSTRADOS

Paseaba el otro día por ese inmenso "bosque de arte" que es el Metropolitan Museum de Nueva York, algo aturdido ya por tanta belleza, cuando me di casi de bruces con la escultura que se muestra en las fotografías. Debo decir que no conocía esta obra, titulada "la friolera" (1787), aunque sí recordaba a su autor, el francés Jean-Antoine Houdon (1741-1828), un artista de esos llamados "menores" y que podemos calificar como el escultor de los ilustrados, ya que entre su producción encontramos numerosos retratos de personajes de primera importancia en el Siglo de las Luces europeo, tales como Voltaire o Diderot, y también de algunos revolucionarios norteamericanos, como Franklin o Washington.

En verdad, nunca me ha atraido especialmente este autor, quizás porque algunas de sus obras me recuerdan inexorablemente a los libros de historia de mi adolescencia, en los que aparecían algunos de esos personajes, siempre en blanco y negro y con malísimas reproducciones. Pero ahora tenía ante mí una escultura femenina en bronce, sorprendida en una actitud bien atrayente al curioso: la de una joven casi desnuda, que trata de resguardarse del frío con el escaso velo que cubre la parte superior de su cuerpo, al tiempo que éste se encoge, tratando de conseguir algo de calor. La cabeza mira al suelo y en verdad poco importa su rostro, porque la figura es claramente la pesonificación del invierno; del mismo frío en definitiva. En resumen, un instante de vida cotidiana, de suma belleza, y de la mano de un autor del que no lo hubiese esperado.

Jean-Antoine Houdon "La friolera" (1783) Montpellier. ............... "El invierno" (1793) París.

Regreso a casa e indago un poco sobre el autor y sobre el tema aquí comentado. Resulta que Houdon pareció sentir una cierta predilección por el desnudo femenino y que, entre otros ejemplos, realizó también una escultura en mármol (en este caso, de 1783), prácticamente idéntica a la que comentamos, conservada en el Museo de Montpellier y que sirvió de evidente modelo a la del Metropolitan. Pero aún hay más. Unos años después, el artista retoma el tema y esculpe, esta vez en una terracota de pequeño tamaño, el mismo motivo con algunas variaciones. En fin, Houdon pasa por ser un claro ejemplo de la escultura neoclasicista, pero en esta ocasión la actitud del personaje femenino y su movimiento (que delata claramente el frío que la embarga), ese intimismo que irradian, sitúan a estas obras más cerca de los postulados del primer romanticismo que de la pura lógica del neoclásico. En arte, como casi siempre, dos y dos nunca suman cuatro. Así pasa también en la vida: cuando esta "friolera" atrajo mi atención, en Nueva York hacía un calor insoportable.

Visitad esta galería virtual que nos muestra 51 obras de Houdon y leed más sobre él en la Wikipedia francesa.

RUDOLF STINGEL

MINIMALISMO, ARTE CONCEPTUAL, ¿HIPERREALISMO?

Rudolf Stingel: Sin título" (2001). ........................................................ "Instalación en el Museo de Arte" (2001). Trento, Italia.

Aunque no viene al caso relatar aquí las cuestiones relacionadas con el arte que me han tenido embebido los pasados quince días en Nueva York, no me resisto a dejar un comentario sobre una exposiciòn que he tenido ocasión de visitar en el Museo Whitney de Arte Americano y que me ha resultado verdaderamente sorprendente. Se trata de la dedicada al artista Rudolf Stingel (nacido en italia en 1956, aunque residente en EE.UU.) un autor del que jamás había visto una obra en directo, aunque participó en ARCO´06. Sabía que era conocido por su adscripción, en cierta manera, a un tardío expresionismo abstracto, aunque su obra lo aproximaba también al minimalismo y al arte conceptual, próximo también a lo que se denomina arte de las instalaciones "site specific".

Rudolf Stingel: "Sin Título" (2000).

Con este escaso bagaje de información accedí a la exposición del Whitney, en la cual llamaba la atención el recurso del artista a cubrir por completo las paredes de una enorme sala del museo con paneles plateados de un material llamado celotex (algo así como lo que aquí consideramos como porespan) en los cuales los visitantes podían dejar grabadas o pintadas libremente sus opiniones. Algo esperable, por otra parte, porque se trata de un recurso que Stingel viene empleando, al menos desde 2001.
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En el mismo tenor, otras salas del Whitney presentaban "cuadros" de gran formato en los que a una superficie plana de otro material denominado styrofoam se le habían extraido partes diversas, hasta formar una especie de relieve en hueco de tono abstracto. Vemos así como a este autor parece atraerle especialmente el empleo de materiales nada ortodoxos en el trabajo artístico (alfombras, policarbonatos, etc.).

Rudolf Stingel: "Sin título (después de Sam)". (2006).

Pero otra sala deparaba una novedad muy interesante: se trata de unos lienzos de gran formato, carentes de título, pero que forman parte de una serie denominada "después de Sam" en los que el artista, a partir del trabajo previo de un fotógrafo, (Sam Samore), se autrorretrataba al óleo en blanco y negro, con una veracidad tal que, visto desde lejos, cada cuadro resulta ser una gigantesca ampliación fotográfica.

Estos autorretratos, de profundo sesgo psicológico, revelan una faceta hiperrealista y nos muestran, de forma muy interesante, como un artista anclado hasta el momento en la modernidad más absoluta puede hacer una enorme pirueta y volver, de alguna manera, sus ojos al pasado no solo por lo que representa en sí el tema del autorretrato en la pintura, sino también por el material empleado (el óleo) y por el recurso al realismo como medio de expresión. Con lo cual se demuestra una vez más que el arte no es más que una enorme maraña de caminos diversos que muchas veces se entrecruzan en sentidos distintos, para gozo de quienes disfrutamos observándolos.

En este breve pero interesante audivisual de The New York Times tenéis una recopilación de las imágenes a las que se ha hecho alusión en el texto. Hay más información (en inglés) en este breve artículo de Artnet.

15 agosto 2007

ESCULTURAS "CALLEJERAS"

ARTE PARA TODOS EN NUEVA YORK

Está visto y comprobado que una de las mejores maneras de decorar un conjunto urbano es mediante esculturas. En el caso de la ciudad de Nueva York parecen tener clara esta idea: por todo Manhattan encontramos obras escultóricas de destacados artistas contemporáneos. Ahora que ya casi acaban mis vacaciones en esta ciudad, dejo aquí una apresurada presentación de algunas de las esculturas con las que me he tropezado en mis paseos neoyorquinos. Un gozo para la vista, en el que se incluyen autores como Calder y Dubuffet. Sobra todo comentario.

 

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